lunes, 27 de diciembre de 2021

Cólicos existenciales.

Estoy llena y necesito el vacío, 
estoy llena de dudas siniestras y caricias incompletas, 
estoy llena de historias con finales infelices y culpables con capa blanca, 
estoy llena de amores fantasmas y caballeros a medias,
estoy llena de promesas incumplidas y sentimientos aprisionados, 
estoy llena de decisiones divididas entre lo pestilente y lo necesario. 
Estoy inundada. 

Necesito abrir de un tajo mi alma y partirme en dos y dejar ir todo, 
botarlo todo, vomitarlo todo y quedarme vacía. 

Oh! ¡Cuánto añoro el vacío de mi niñez!, ¡Cuánto añoro el vacío siniestro, oscuro y suicida de mi adolescencia!. 

Quiero vaciarme de ti, del tiempo, del mundo. 
Quiero desintegrarme en el espacio sin tiempo de una super nova. 
Quiero esfumarme como el humo al viento. 
Quiero arder y reducirme y que mis cenizas revueltas con el polvo cósmico se esparzan como mil chispas y encontrar mi origen, 
ahí donde me esperan la lealtad, el honor y el fuego frío del espíritu.

viernes, 24 de diciembre de 2021

Silencios

¿Y, ahora qué hago con todo el amor que tengo para ti si ya no lo quieres? 
¿lo despego y lo tiro como se tira lo que ya no se usa? ¿o hago como los acumuladores patológicos y lo dejo ahí haciendo bulto entre mis cosas para ver si algún día se te antoja usarlo? 
¿Y, ahora qué hago con mis ganas de acurrucarte y besar tu sien? ¿las ahogo en café amargo o las cuelgo en mi perchero junto a mi blusa favorita?
¿Maldigo el día en que te encontré y pasé mi piel por ti o hago como Nerón y le prendo fuego a mi ciudad? 
Dime, ahora qué hago con las palabras dichas y las acciones? ¿las extingo de una vez o las guardo debajo de mi almohada para sacarlas cuando esté triste y me sirvan de consuelo estéril?
Dime, qué hago con los te quiero? ¿los puedo rociar con insecticida y se morirán de mi memoria o simplemente los quemo? 
Dime qué hacer ahora, porque yo no sé, no sé qué hacer con todo lo que me diste, no sé si fue algo prefabricado o fue algo natural, no sé si fue un comportamiento típico de tu faceta de conquistador o fue la coronación de un amor real, no sé si mi sordera y mi ceguera es imaginaria o es tan real como tus silencios, esos que sin duda, son una tortura para mis espacios abiertos que abrí sólo para ti. 
Dime. No te quedes callado. Habla, responde y maldíceme como un mal amor, déjame como el juguete que descartaste, aplástame como lo inútil que resultó mi amor o simplemente húndeme en la profundidad de tus silencios y comprenderé que son las respuestas a mis preguntas.

martes, 7 de diciembre de 2021

Las flores

El corazón ya lo tengo roto, hace mucho se hizo añicos y nunca más volvió a estar completo.  He podido recoger sus piezas y las he pegado con solo mis intentos de sobrevivencia, algunas piezas nunca las encontré,  se han quedado perdidas en los
pozos profundos del desamor y el desprecio,  pero no importa, tengo lo que necesito por hoy.


Eso no impide que crezcan las flores en mi jardín,  no impide que derramen su perfume y me impregnen de su olor, ni me impide que pueda tocarlas, disfrutarlas y estar a su lado.


Crecen en la tierra más hostil, en este concreto que llevo dentro, y se transparentan a través de este frío azul para volverse flama ardiente y fuego.  Son verdaderas obras maestras, deseosas de amortiguar mi frío y embriagar mi espíritu. 

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Sombras

 Caíste de la nada, intempestuoso, como un rayo, no te vi venir, no escuché tus pasos,  no entendí tus indirectas, no capté tu directa,  fui sorda a mis rutinarias advertencias, fui ciega a lo que siempre había tenido a la vista. 

Entraste como un visitante, algo temporal,  nada de qué preocuparse, algo sediento, juro que hasta te vi en harapos y sentí la necesidad de darte mi abrigo, descalzo y cansado del corazón. 


Pero sólo vi lo que quería ver, la que estaba en harapos era yo, la que estaba sedienta era yo, la descalza era yo y la cansada era simplemente yo. 


Y me diste de beber,  me abrigaste, me sobaste la espalda y me dejaste soñar con un puerto, una piel, me dejaste soñar como deja el médico soñar al moribundo, con la cortesía de quien sabe que te vas de este mundo y ve tu cara reluciente en el último momento. 


Qué buena muerte debió ser, con la excepción que soy un ente difícil, puedo agonizar durante un tiempo que se antoja eterno y cruel, pero en el último aliento, puedo ver, puedo escuchar, puedo sentir, sentir la negrura de mi sombra irguiendose, valorosa, áspera, absolutamente dueña de mi y me levanta de esos sopores hipnóticos de tu ser.


Oh, sombra, mi héroe, que me devuelves mis manías,  que me devuelves mis estados y mis puertos donde los extravíos y los naufragios navegan al son de mis olas,  sin desfallecer jamás,  nunca hizo tanto daño un Hola y Adiós,  un Te quiero y un Olvídame al mismo tiempo.

Que las venas se revienten de dolor y la respiración se corte de tajo para morir de una vez, y así podré renacer,  arrancandole un corto tiempo más a este maldito bucle de vida.