Soy el río que se desborda y te inunda el cuerpo lentamente, y sin darte cuenta, te inunda hasta el alma.
Soy la luz cegadora, que aumenta gradualmente su intensidad, y te consume lenta, deliciosa y perfectamente el corazón.
Soy el torbellino que arrasa, poco a poco y desde lo profundo, y te da mil vueltas para encontrar tu centro.
Soy la oscuridad que ciega, que descontrola, que hace emerger al héroe en medio del abismo.
Soy la miel que endulza tu paladar y se extiende a todos tus sentidos.
Soy ese gemido que sólo en la soledad de tu alma exhibes.
Soy el acierto que nunca aceptarás.
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