He aprendido que no es suficiente
querer, no es suficiente sentir, no es suficiente decir te necesito, te quiero,
te deseo, te extraño. He aprendido que son solo palabras si no vienen
acompañadas de hechos, de actos, pierden el significado si no se demuestran, si no se hacen sentir. La historia no se hizo de intenciones, sino de
hechos.
A veces nos equivocamos, y en ciertas ocasiones hasta somos conscientes de tales equivocaciones y aún así, seguimos adelante, nos sentimos fuertes e invencibles y desafiamos la comodidad, luego aprendemos de esos
errores y a veces de una forma cruel. Lo intentantamos y fracasamos, pero hemos sido felices con
el conocimiento que obtuvimos del intento.
Estar vivo implica sentir dolor,
en el alma, en el cuerpo y en el corazón. A veces nos olvidamos que la vida es
eso, es palpar las cosas, es sentirlas, es degustarlas como se degustan los
buenos vinos, y desafortunadamente a veces solo lo sabemos cuando en la vida nos toca
el dolor.
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