martes, 28 de marzo de 2017

renacer


 No, no escribiré sobre lo bello, o lo doloroso, o lo absurdo que ha sido encontrar un amor, hacerlo supondría encajonarlo, definirlo o en el peor de los casos, idealizarlo, y me niego a redimensionarlo de alguna forma.


En el recorrido de este camino de ilusión, pude encontrar amores inefables,  amores que se hicieron para olvidarse, amores que existieron para marcar la hora del placer, amores para saber por donde no ir, amores para huir de ti misma, amores para cuestionarte,  amores para abandonar la comodidad de la seguridad, amores para destruir todo lo vivido, amores para encontrarte a ti misma.

y un par de veces me abandoné a él, al amor, sufrí las mil penas de un condenado, naufragué en los puertos más inhóspitos del alma humana, terminé en el fondo de los sentimientos más sucios e indecorosos, y no encontré refugio en los brazos fríos de los amantes ni en sus corazones de barro, sufrí el desprecio de no tener el cuerpo de una ninfa, o el deseo de una diosa, sufrí el pesado no de un ansiado si.
 
....Y amé sin destino, sin tiempo y sin prisas, y así, caí rendida a sus pies, y como el pez fuera del agua agonizando el momento, como el efecto adictivo de la heroina rozando el último aliento de vida, así quedé, sin que él pudiera de alguna forma regalarme una pizca de su amor para mi salvación, y así, morir de adicción y renacer, renacer dejando atrás el lastre del amor, el lastre del alma, el lastre de no poder estar y la libertad de poder ser.

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