domingo, 25 de marzo de 2012

Tomando decisiones

Necesitas cambiar de dirección en tu vida?
No vayas por los mismos caminos que te gusta transitar, si quieres resultados distintos, debes hacer cosas distintas. 
Me parece bastante lógico, pero sobre todo es fácil decirlo y muy díficil hacerlo.

Si vas siempre por los mismos caminos encontrarás los mismos obstáculos. A menos que pienses que de la noche a la mañana tu mundo será distinto. Eso solo pasa en las peliculas de Disney y se necesita un hada madrina. 

Si todo en mi mente es igual, afuera estará igual, tengo que cambiar primero yo para luego cambiar mi alrededor.

Por ejemplo, si no quiero más hombres ratas en mi vida, simplemente no debería de salir con ellos, debería evitarlos totalmente o quizás debería conseguirme un gato o mejor aún, ser un@ gat@, pero bueno, hasta para este ejemplo tan trivial encontré un par de opciones, por lo que para las cosas menos triviales existen también opciones, sólo debo abrir mis ojos y mi corazón y verlas.

El primer cambio que debo hacer es en mi mente, ahí donde se encuentran mis pensamientos más íntimos, en ese subconsciente que no tiene sentido del humor y que lo toma todo muy en serio y muy literal. Ese mismo que registra todos nuestros miedos y deseos más profundos.

El subconsciente registra cada palabra que sale de mi boca y cada pensamiento que creo en mi interior, es el mismo que se encarga de hacer mis deseos realidad. Si alguna vez pensé "qué tont@ soy" él inmediatamente proyectó eso mismo en mi exterior y realmente me sentí una tonta y dí esa imagen. El subconsciente es un señor que está en los controles másteres y te proyecta justo lo que piensas, no edita ni entiende de bromas ni de intenciones. Él es un robot que registra los datos, los procesa y los crea de acuerdo a lo que dijistes y pensastes sin tomar en cuenta tu estado de ánimo. Por eso es tan importante tener un buen concepto de uno mismo.

Por lo tanto, para empezar a cambiar, debo empezar por cambiar las ideas erróneas que tengo sobre mi y arrancarlas de una buena vez del disco duro. Definitivamente el cambio viene de adentro, aunque suene ya trillado, pero es así.

No puedo pretender que voy a cambiar si solo me cambio el look del cabello y sigo pensando en mi interior que soy poco atractiv@. Eso es auto engaño y cobardía, y no es un buen camino. Los cambios físicos deben ir acompañados de cambios en la mente y la consciencia.

El cambio es de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro. Si algo nos está pasando y sentimos como Julio Iglesias que tropezamos de nuevo con la misma piedra una y otra vez, pensemos que quizás el problema no es la piedra, sino nosotros mismos que recorremos ese camino de la misma forma, entonces podría ser que, o cambias el rumbo para no encontrarte más piedras o te das cuenta que una piedra es solamente eso, una simple piedra que puedes apartar de tu camino, pero al final el que tiene el poder de decidir si la piedra es un obstáculo o una simple piedra en el camino es uno mismo.

Muchas veces los fracasos son oportunidades para darnos cuenta de nuestras debilidades y poder trabajar en ellas, a veces, no todo es un error, ni un fracaso, sino oportunidades para descubrirte o redescubrirte vos mism@.  En la vida no hay casualidades ni errores.

miércoles, 7 de marzo de 2012

He aprendido...


He aprendido que no es suficiente querer, no es suficiente sentir, no es suficiente decir te necesito, te quiero, te deseo, te extraño. He aprendido que son solo palabras si no vienen acompañadas de hechos, de actos, pierden el significado si no se demuestran, si no se hacen sentir. La historia no se hizo de intenciones, sino de hechos.

A veces nos equivocamos, y en ciertas ocasiones hasta somos conscientes de tales equivocaciones y aún así, seguimos adelante, nos sentimos fuertes e invencibles y desafiamos la comodidad, luego aprendemos de esos errores y a veces de una forma cruel. Lo intentantamos y fracasamos, pero hemos sido felices con el conocimiento que obtuvimos del intento.

Estar vivo implica sentir dolor, en el alma, en el cuerpo y en el corazón. A veces nos olvidamos que la vida es eso, es palpar las cosas, es sentirlas, es degustarlas como se degustan los buenos vinos, y desafortunadamente a veces solo lo sabemos cuando en la vida nos toca el dolor.