viernes, 9 de diciembre de 2011

Gavilán o Paloma

Los que saben de la buena música romántica creerán  que el artículo es sobre la canción que magistralmente interpreta el gran José José, y están en lo cierto, ni más ni menos, estaba pensando en lo mismo al escribir estas pocas palabras descarriadas en este blog personal.

Sucede que un buen día, conocemos a un hombre de esos que deslumbran, con una actitud medio maléfica, medio angelical, su tez morena y sus ojazos negros encantadores terminan hipnotizándolo a uno, y sobre todo la sugerente destreza de sus acciones, su coqueteo, directo al grano y su aparente conocimiento de la vida, terminan siendo irresistibles.

A las mujeres no no gustan los hombres indecisos, de esos que no se deciden ni por el sabor del helado al que te invitan, sólo repiten como lora, "el que vos querrás amor", como si uno quisiera un clon. Aunque debo hacer la aclaración que a muchas les encanta tener un hombre-sticker tras sus faldas, pero no es mi caso.

Después de la primera cita, a la que se comportan como todo un Don Juan de Marco, haciendo alarde de su experiencia con las damas y esa actitud de dominarlo todo, que es inevitable imaginarnos que nos tumbarán y nos dominarán en la cama, y de repente nos encontramos así, todas embobadas y emocionadas, preparándonos para la embestida emocional (y física) de tremenda aventura romántica,  fatal e inolvidable con el Lobo Feroz del que la madre de uno siempre le dice que evite.

Uno no puede  contar lo que pasa en la primera cita, eso sí es de mal gusto, pero sí creo que se puede contar de la gran transformación de lo Gavilán que aparentaba y de lo Paloma que terminó siendo el sujeto en cuestión, una vez en contacto con la suave realidad del cuerpo femenino y sus curvas, de la ansiedad y la lujuria despertada por ellos mismos en su jueguito seductor donde no hicieron mas que despertar al demonio, ahí sí, donde tiene que calzar perfectamente su zarpazo feroz con la fiebre y el deseo de la mujer, ahí, justamente en ese momento, se pone tímido, se le afloran las inseguridades, los complejos físicos los quiere disimular con la lamparita a media luz, las cosquillitas, los besitos de pescadito y cuando menos uno lo espera te dicen que mejor platiquen, que te quiere conocer más a "fondo" (como si no hubiéramos llegado ahí a eso)

En esas circunstancias a una mujer le queda poco que hacer, pero lo que decida, debe hacerlo con determinación y sin arrepentimientos. Una chica comprensiva y muy buena, se tragará el cuento de la conversación y pasará toda la noche hablando hasta que sea hora de irse. Una chica efusiva y con mal carácter le echará en cara su debilidad, le dirá poco hombre, se irá y por supuesto no sin antes decirle que no la vuelva a buscar jamás, finalmente la chica con el demonio adentro lo tomará del rostro, lo tumbará en la cama, lo obligará a quitarle la ropa y como poseída por el mismísimo diablo descubrirá que de Gavilán el pobre hombre no tiene mucho y que en sus manos no es más que una  tierna palomita.

Efectivamente, muchos hombres no solo juegan con los sentimientos de una, sino también con los deseos, y por ser aún de naturaleza animal, pues resentimos más no ser servidas en dichos sublimes deseos, desafortunadamente muchisimos hombres no saben lo que es ser todavía un Gavilán para una mujer, no acaban de entender que las mujeres somos pura sensualidad, amor, deseos y claro que sí, mucha lujuria y que si van a despertar al demonio que llevan dentro, al menos deben estar a la altura para dar batalla, y no hablo exclusivamente de lo sexual, sino de todo lo que conlleva el jueguito ese que les encanta hacer para que una mujer caiga en sus garras, cuando al final son ellos los que no son lo suficientemente buenos y fuertes para soportarnos.

En conclusión, no invoquen al demonio si no son exorcistas, o bien, no haga publicidad engañosa...

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3 comentarios:

  1. Bárbaro mi buena Viole. Dice un sabio dicho: "dime de qué presumes y te diré de lo que careces". Quien mucho alardea para llevarte a la cama, al final, se va a ir en aguita, a como el tipo que mencionás en tu artículo.

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  2. Me encanta como escupes en la cara del que te escribe... tómalo como un cumplido.

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  3. gracias amigos por sus comentarios y sobre todo que no se me ofendan jejeje

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