viernes, 23 de diciembre de 2011

Simplemente no le interesas

Cuántas veces hemos esperado una llamada telefónica que nunca llegó?

Cuántas veces hemos esperado un email de agradecimiento o simplemente un hola como estás?

Es cierto que hoy en día ya no hay tantas reglas en esto de las citas, eso de esperar a que el chico o la chica te llame primero o de no besarse en la primera cita o algo por el estilo, hoy en día la iniciativa es también de la mujer, ese peso que llevaban los hombres por siglos ha disminuido un poco, aunque sigue siendo intrigante y sienta bien que te llame primero él, las cosquillas y el agrado son genuinos.

Pero qué pasa si no te llama? 
Yo creo que solo hay una razón muy lógica: 
Simplemente no le interesas!

Y si es ella quien llama primero y el muy ingrato le contesta con un "estoy ocupado, te devuelvo la llamada en un rato (que por supuesto no lo hace)" o " ahhh hola, llámame en dos minutos (lo llamas y encima tenés que volver a discarlo gastando tu saldo?)" por favor!! es mejor borrar de tu celular el dichoso número y de paso borrarlo de tu memoria.

El hombre debería comprender que aunque pasen siglos, aunque sea moderno, metrosexual, electrosexual, liberación femenina, etc, etc. no debe perder jamás la cortesía y los buenos modales, no se confundan, una cosa es la educación y otra la patanería de no pagar la cuenta solo porque existe el feminismo, no, no y un rotundo no.

Las mujeres nos ponemos a "leer señales" cuando conocemos a alguien que nos gusta, pero esas señales muchísimas veces son producto de nuestra imaginación inflada por Disney y Compañía, pues realmente no hay tales señales. Creo que las únicas señales que valen la pena ver son las de tráfico.

Los hombres no envían señales porque no son satélites, son seres humanos, y cuando a alguien no le interesas simplemente no te busca, no te llama, no te escribe, no te feizbukea, no te skaypea ni nada parecido.

Hoy en día es tan doloroso que te rechacen, porque antes con solo que no te llamara estaba bien, pero ahora te rechazan de múltiples maneras, con esto de la tecnología te lo dice en tu idioma y además te lo dice tecnológicamente. 

Puede sonar divertido y de hecho lo es, así que la próxima vez que no te correspondan un email o no te atienden una llamada no hagas drama y dale click a la tecla DELETE. Es fácil y te puedes ahorrar un futuro corazón roto.

lunes, 19 de diciembre de 2011

El sexo y la comida

Hay dos cosas que para mi son esenciales para ser feliz en esta vida: la comida y el sexo, sin perjuicio de otras cosas que también son importantes y esenciales para todos los que presumimos de seres humanos, pero, solo quiero referirme a estos dos placeres únicos, porque son tan similares, excitantes y en fin, extraordinarios en sí mismos, y a lo mejor lo mío es que de pronto soy hedonista, pero, me inclino a pensar que puedo ser feliz con cosas pequeñas y sencillas,  una comida exquisita o una larga sesión de sexo sin inhibiciones puede ser lo mejor que te puede pasar, parafraseando al grandioso Oscar Wilde "tengo gustos simples, me satisfago con lo mejor".

Un pedazo de carne asada con sus acompañantes igualmente recién elaborados y con ese olor embriagante te despierta todos los sentidos, al igual que puede hacerlo una caricia suave pero reveladora.

Como hay en el mundo personas que comen por llenar un requisito de forma mas que de fondo, comen porque simplemente sus estómagos les riñe, pero nada más, no les importa el sabor, el olor, la consistencia, si está frío o caliente, pasado o crudo, lo que les importa es cumplir con la tan aburrida necesidad de llenar su estómago, en ese caso, casi puedo adivinar cómo es el sexo para esta persona, puras fintas sin llegar a dar un buen golpe.

Claro, no me gustaría generalizar, sé de personas que les da igual lo que comen, pero no lo que cogen.

Los olores en la comida te pueden transportar a gratos recuerdos, la comida de tu mamá o de alguien especial te hace vivir nuevamente el sentimiento de fraternidad o amor, lo mismo pasa con una caricia, la cual te puede no solo traer gratísimos recuerdos sino también puede ser el preámbulo de uno nuevo. Y si se te ocurre combinar ambos placeres en una sola sesión, prepárate para llegar al cielo. Dosis desenfrenadas de endorfinas y dopaminas. Golpe mortal a la rutina, la comodidad y el aburrimiento.


Pero como siempre en esta vida, todo debe ser con medida, o al menos eso dicen los budistas, no podemos excedernos, debemos siempre procurar tener un límite aunque lo sobrepasemos de vez en cuando, pues si te entregas al placer de la comida, podrías llegar a conocer lo desventurado que es ser una persona obesa y si te entregas demasiado al sexo, te arriesgas a caer en un abismo del cual ni la soledad será tu compañía. 
En otras palabras, disfruta de los placeres que te ofrece la vida, pero no insistas en quedarte en ellos, porque la vida no es un camino, sino muchos, y no tenemos mucho tiempo para recorrerlos todos.

Saborea cada momento y cada caricia como si estuvieras saboreando un Gelatto de chocolate, desliza tu lengua por esa piel como si fuera un smooth de fresa, disfruta del olor que desprenden las hormonas cuando tienes ganas de comer, y come, con ganas, con fuerza, con avidez!

viernes, 9 de diciembre de 2011

Gavilán o Paloma

Los que saben de la buena música romántica creerán  que el artículo es sobre la canción que magistralmente interpreta el gran José José, y están en lo cierto, ni más ni menos, estaba pensando en lo mismo al escribir estas pocas palabras descarriadas en este blog personal.

Sucede que un buen día, conocemos a un hombre de esos que deslumbran, con una actitud medio maléfica, medio angelical, su tez morena y sus ojazos negros encantadores terminan hipnotizándolo a uno, y sobre todo la sugerente destreza de sus acciones, su coqueteo, directo al grano y su aparente conocimiento de la vida, terminan siendo irresistibles.

A las mujeres no no gustan los hombres indecisos, de esos que no se deciden ni por el sabor del helado al que te invitan, sólo repiten como lora, "el que vos querrás amor", como si uno quisiera un clon. Aunque debo hacer la aclaración que a muchas les encanta tener un hombre-sticker tras sus faldas, pero no es mi caso.

Después de la primera cita, a la que se comportan como todo un Don Juan de Marco, haciendo alarde de su experiencia con las damas y esa actitud de dominarlo todo, que es inevitable imaginarnos que nos tumbarán y nos dominarán en la cama, y de repente nos encontramos así, todas embobadas y emocionadas, preparándonos para la embestida emocional (y física) de tremenda aventura romántica,  fatal e inolvidable con el Lobo Feroz del que la madre de uno siempre le dice que evite.

Uno no puede  contar lo que pasa en la primera cita, eso sí es de mal gusto, pero sí creo que se puede contar de la gran transformación de lo Gavilán que aparentaba y de lo Paloma que terminó siendo el sujeto en cuestión, una vez en contacto con la suave realidad del cuerpo femenino y sus curvas, de la ansiedad y la lujuria despertada por ellos mismos en su jueguito seductor donde no hicieron mas que despertar al demonio, ahí sí, donde tiene que calzar perfectamente su zarpazo feroz con la fiebre y el deseo de la mujer, ahí, justamente en ese momento, se pone tímido, se le afloran las inseguridades, los complejos físicos los quiere disimular con la lamparita a media luz, las cosquillitas, los besitos de pescadito y cuando menos uno lo espera te dicen que mejor platiquen, que te quiere conocer más a "fondo" (como si no hubiéramos llegado ahí a eso)

En esas circunstancias a una mujer le queda poco que hacer, pero lo que decida, debe hacerlo con determinación y sin arrepentimientos. Una chica comprensiva y muy buena, se tragará el cuento de la conversación y pasará toda la noche hablando hasta que sea hora de irse. Una chica efusiva y con mal carácter le echará en cara su debilidad, le dirá poco hombre, se irá y por supuesto no sin antes decirle que no la vuelva a buscar jamás, finalmente la chica con el demonio adentro lo tomará del rostro, lo tumbará en la cama, lo obligará a quitarle la ropa y como poseída por el mismísimo diablo descubrirá que de Gavilán el pobre hombre no tiene mucho y que en sus manos no es más que una  tierna palomita.

Efectivamente, muchos hombres no solo juegan con los sentimientos de una, sino también con los deseos, y por ser aún de naturaleza animal, pues resentimos más no ser servidas en dichos sublimes deseos, desafortunadamente muchisimos hombres no saben lo que es ser todavía un Gavilán para una mujer, no acaban de entender que las mujeres somos pura sensualidad, amor, deseos y claro que sí, mucha lujuria y que si van a despertar al demonio que llevan dentro, al menos deben estar a la altura para dar batalla, y no hablo exclusivamente de lo sexual, sino de todo lo que conlleva el jueguito ese que les encanta hacer para que una mujer caiga en sus garras, cuando al final son ellos los que no son lo suficientemente buenos y fuertes para soportarnos.

En conclusión, no invoquen al demonio si no son exorcistas, o bien, no haga publicidad engañosa...

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